Los de 2º de bachillerato 2013

domingo, 16 de octubre de 2011

La hipocresía social

La hipocresía es la simulación de sentimiento y cualidades que uno no tiene. Viendo una sociedad corrupta, sólo interesada por el dinero y el poder, la hipocresía tiene un amplio y duro papel en nuestro entorno. Muchas veces, nos dejamos llevar por una filosofía que antepone lo que tienes a lo que eres. Solo se tiene en cuenta el estatus social y económico, haciendo así, a los ricos más ricos, y a los pobres más pobres día a día. Lo más triste es que todos somos conscientes de ello, más no nos importa, ya que todos tenemos nuestros propios problemas.

En el libro de últimas tardes con Teresa, se pueden ver, aparte de muchos ejemplos de hipocresía social, también una crítica a ella. Las diferencias entre clases sociales se muestran en el lenguaje de los personajes, su vocabulario, en las descripciones que hace de ellos el autor y en las acciones y tratos de los personajes entre ellos.

El primer ejemplo de hipocresía social se encuentra al principio del libro, donde se deja a Manolo fuera de lugar en la verbena, como si él nunca pudiera pertenecer a un grupo de gente de ese tipo. Aunque después es él quien critica a Maruja cuando descubre que es una mera criada y no la señorita de la casa, como él pensaba. Este ejemplo nos muestra cómo la hipocresía va de cualquier clase a otra.

Un ejemplo de auto-crítica es cuando Pijoaparte sueña con ser un héroe, diciendo que en la vida real nunca va a poder serlo. Se desprecia a él mismo y sueña con lo que realmente quisiera ser para impresionar a la rubia de ojos azules. También, al final del sueño, dice que le gustaría congelar ese momento porque sabe que no va a sobrevivir al desenlace, como si diera ya por supuesto que los padres de la chica lo iban a “matar” para rescatarla. En esa escena se da mucha más importancia a lo qué es socialmente, no a lo que hace como persona. Dice que después tiene que volver a las sombras, refiriéndose a la vida marginal de donde pertenece. Se cierra a sí mismo en un mundo al que no quiere pertenecer en lugar de ver su interior como camino hacia su verdadero yo.

Una muestra totalmente contraria a todo esto es Teresa, que no excluye a las otras clases sociales, más bien les da mucho más valor que a la suya. Es un personaje liberal y seguro de sus ideales. El mayor ejemplar de ello es la continua lucha de universitarios a la que se une durante toda la obra. Ahí queda reflejado un carácter y unas acciones movidas por el sentido común; basadas en lo que cree, no en lo que las reglas dicen que debe de creer. También otros tipos de acciones en que se aprecia ese empeño de integración de clases es cuando invita a Maruja a la verbena o a cenar en Blanes. Aunque en el lado opuesto encontramos a Luis con su expresión sorprendida cuando se entera de que Teresa ha invitado a Maruja a una fiesta de gente a otro nivel.

Por otro lado, cuando a la señora Serrat le presentan a Manolo como el novio de Maruja, se alegra por la chiquilla. Pese a ese engañoso comportamiento, se delata cuando su opinión respeto a la relación de la criada cambia completamente al saber que Manolo vive en el Carmelo. En ese momento ya ni se le desplaza por el aspecto, sino por el entorno en el que vive.

Otro ejemplo se muestra en el párrafo en que Teresa conduce por el Carmelo en su Floride. Se narra cómo todos los chicos y hombres que la ven pasar se la quedan mirando boquiabiertos, con ojos inundados en deseo. Esta vez, el autor esconde esta hipocresía debajo de una simple muestra de tentación y deseo machista. Ya que, pese a que fuera una señorita agraciada físicamente, lo que les llama más la atención es el coche, la ropa, y el estatus social que todo eso conlleva.

Manolo, en cierta ocasión compara a Hortensia con Teresa. No entiende cómo no se había enamorado antes de Hortensia, ya que su parecido con Teresa era razonable. Y una vez más el dinero y la reputación y la fama de la familia es la respuesta a la pregunta. Manolo es un claro ejemplo de persona concienciada del problema de la sociedad pero que, como todos los demás, también lo lleva él a cabo para referirse a otras personas.

La última cita, no del libro pero sí del trabajo, vuelve a ser un aprisionamiento mutuo de Pijoaparte. Él dice que se puede poseer a una mujer como Teresa, pero nunca podrá poseer el mundo que va con ella. Acentúa otra vez su inferioridad y sostiene que, aunque uno pueda merecerse a una mujer por cómo es con ella, la diferencia social puede arrebatártela pese a todo ello.

En la sociedad actual se valora mucho más lo que tienes y tu estado económico, dejando de lado el carácter y la persona en sí. “Tanto tienes, tanto vales” se ha convertido en el principio que rige nuestros días. Todo parece corroborar la idea de que la mayoría de las relaciones sociales están marcadas por la hipocresía, incluso por el propio interés y que los niveles de solidaridad, empatía o cooperación parecen estar en peligro de extinción.

1 comentario:

Unknown dijo...

Laura, lee el mensaje en el moodle.

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