Los de 2º de bachillerato 2013

lunes, 20 de febrero de 2012

Francisco de Goya y Rubén Darío: Saturno devorando a su hijo


Una de las obras más conocidas de Francisco de Goya es la de “Saturno devorando a su hijo”, una pintura muy impactante y que retrata una imagen escalofriante, un padre comiéndose a su hijo. El poeta Rubén Darío decide dedicarle un poema a Francisco de Goya por su gran obra y su gran trayectoria.
Francisco de Goya y Lucientes nació en España en 1746 y murió el 1828 en Francia. Goya aprendió de su padre el oficio de dorador, pero, decidido a dedicarse a la pintura, se trasladó a Madrid para formarse junto a Francisco Bayeu, con cuya hermana se casó en 1775, año de su establecimiento definitivo en Madrid. Simultáneamente, Goya empezó a pintar retratos y obras religiosas que le dieron un gran prestigio, hasta el punto de que en 1785 ingresó en la Academia de San Fernando y en 1789 fue nombrado pintor de corte por Carlos IV. Diez años más tarde, en 1799, pintó para el soberano el famoso retrato La familia de Carlos IV, que se considera una de sus obras maestras. Hacia 1799, el pintor concluyó una de sus grandes series de grabados, Los caprichos, ochenta y dos aguafuertes que constituyen una crítica feroz de la sociedad civil y religiosa de la época. Por haber trabajado para José Bonaparte, el artista cayó en desgracia tras la restauración de Fernando VII, y en 1815 se retiró de la vida pública. En 1819 experimentó una recaída en la misteriosa enfermedad que en 1792 lo había dejado completamente sordo. Ello, unido a su nueva vida en soledad en la Quinta del Sordo, casa solariega que había comprado poco antes, debió de contribuir a la exacerbación imaginativa de que el artista dio muestras en la decoración de su nueva vivienda: catorce murales de gran tamaño con predominio de los tonos marrones, grises y negros, sobre temas macabros y terroríficos. Estas obras, conocidas en la actualidad como Pinturas negras, han contribuido con el paso de los años a la consolidación del reconocimiento del genio de Goya, tanto por su originalidad temática como por su técnica pictórica de pincelada amplia y suelta.
El cuadro Saturno devorando a un hijo es una de las pinturas al óleo sobre revoco que formó parte de la decoración de los muros de la casa que Francisco de Goya adquirió en 1819 llamada la Quinta del Sordo y, por tanto, pertenece a la serie de las Pinturas negras. Representa al dios Crono, como es habitual indiferenciado de Chronos, o (Saturno en la mitología romana), en el acto de devorar a uno de sus hijos. La figura era emblema alegórico del paso del tiempo, pues Crono se comía los hijos recién nacidos de Rea, su mujer, por temor a ser destronado por uno de ellos.

Rubén Darío nació en Matagalpa en 1867 y murió en León en 1916. Fue un poeta nicaragüense, máximo representante del modernismo literario en lengua española. Es posiblemente el poeta que ha tenido una mayor y más duradera influencia en la poesía del siglo XX en el ámbito hispánico. Es llamado príncipe de las letras castellanas. Cuando era empleado de la Biblioteca Municipal de Managua, publicó su primera obra Epístolas y Poemas. Ya viviendo en Chile, publicó Abrojos y rimas, y Azul. Su abundante obra dio lugar al movimiento poético llamado modernismo, que significó una revolución en el lenguaje y el estilo poético. Al final de su vida se retiró a un monasterio. Autor de Cantos de vida y esperanza, y muchas otras.
La relación entre Francisco de Goya y Rubén Darío es porque mientras Darío se aventuraba a una nueva estructura de versos, adelantándose a lo moderno, Goya lo hacía con su obra pictórica.

Rubén Darío decidió dedicarle un poema a Francisco de Goya, ya que los dos tenían en común esa manera de superarse y explorar con su arte:

Poderoso visionario,
raro ingenio temerario,
por ti enciendo mi incensario.

Por ti, cuya gran paleta,
caprichosa, brusca, inquieta,
debe amar todo poeta;

por tus lóbregas visiones,
tus blancas irradiaciones,
tus negros y bermellones;

por tus colores dantescos,
por tus majos pintorescos,
y las glorias de tus frescos.

Porque entra en tu gran tesoro
el diestro que mata al toro,
la niña de rizos de oro,

y con el bravo torero,
el infante, el caballero,
la mantilla y el pandero.

Tu loca mano dibuja
la silueta de la bruja
que en la sombra se arrebuja,

y aprende una abracadabra
del diablo patas de cabra
que hace una mueca macabra.

Musa soberbia y confusa,
ángel, espectro, medusa.
Tal aparece tu musa.

Tu pincel asombra, hechiza,
ya en sus claros electriza,
ya en sus sombras sinfoniza;

con las manolas amables,
los reyes, los miserables,
o los cristos lamentables.

En tu claroscuro brilla
la luz muerta y amarilla
de la horrenda pesadilla,

o hace encender tu pincel
los rojos labios de miel
o la sangre del clavel.

Tienen ojos asesinos
en sus semblantes divinos
tus ángeles femeninos.

Tu caprichosa alegría
mezclaba la luz del día
con la noche oscura y fría:

Así es de ver y admirar
tu misteriosa y sin par
pintura crepuscular.

De lo que da testimonio:
por tus frescos, San Antonio;
por tus brujas, el demonio.

Viendo a estos dos grandes artistas, podemos deducir que eran fanáticos de su oficio, que amaban el arte y sobre todo no se cansaban de superarse a sí mismos tratando de mejorar día a día.

BIBLIOGRAFÍA
http://www.biografiasyvidas.com/biografia/g/goya.htm
http://es.wikipedia.org/wiki/Saturno_devorando_a_un_hijo
http://www.poemasde.net/a-goya-ruben-dario/
http://es.wikipedia.org/wiki/Rub%C3%A9n_Dar%C3%ADo
http://archivo.laprensa.com.ni/archivo/2002/noviembre/07/revista/revista-20021107-06.html

1 comentario:

Unknown dijo...

Muy bien establecida la relación, Mikel.

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...