Las relaciones entre padres e hijos suelen dar un cambio radical en cuanto sus niños, que ya no lo son tanto, llegan al temido ciclo de la adolescencia. Los padres frecuentemente se preocupan o confunden por los cambios en sus hijos adolescentes. Cada joven es un individuo, con una personalidad única y con intereses propios, sus propios gustos y disgustos.
Un ejemplo de que los padres no pueden tratar a cada hijo por igual es el de Cristina, una joven adolescente a la que su madre la ha tratado por igual que a su hermano mayor. El problema fue que su hermano Óscar no tenia ni mucho menos sus gustos y aficiones. Y cuando digo problema es que la pobre chica tuvo que buscarse la vida para poder vestir como ella queria, salir a dsifrutar a su manera, centrarse en los estudios que queria … . Todo ello supuso un gran conflicto con su madre que al enterarse se disgustó de tal manera que pensó que esa no era su hija, que alguien se la había cambiado, puesto que su hija antes era obedeciente y no sería capaz de hacer semejante cosa. La madre no se daba cuenta de que el problema lo habia tenido ella al querer prohinir a su hija tener una personalidad y unos intereses propios diferentes de su hermano.
Con esto quiero llegar a la conclusion de que tdos los padres deben amoldarse un poquito a sus hijos y apoyarles en que tengan una personalidad y unos intereses propios siempre y cuando estos no les lleve por el mal camino.
1 comentario:
¡Bien estructurado el artículo, Irati!
Publicar un comentario