Maya Mogobam

Maya Mogobam

Maya siempre soñaba en ser actriz. Crecía en Ghana en condiciones muy pobres. No era la típica niña preciosa, peor ya con diez años tenía algo que llamaba la atención. En su niñez, cada día acompañaba a su abuelo con las cabras al campo. Pasaban todo el día lejos del pueblo cuidando el rebaño que era la riqueza de la familia. Creció muy unida a su abuelo, le adoraba y era su confiado. Le confesó su afición al teatro y al cine. Su abuelo le solía decir: “Mientras tengas imaginación y sueños, vives. Unos de ellos se convertirán en realidad, otros quedarán sueños”. Ella estaba convencida de que solamente la vida de una actriz era interesante y divertida. Durante los eternos días en el campo se imaginaba ocupar papeles diferentes en películas. Sus ideas y fantasías no tenían limites.

Como en el pueblo por la noche no había mucha diversión, Maya presentaba diferentes teatros que inventó para entretener la familia y al pueblo. Todos la conocían como Maya, la niña que pasaba el día con su abuelo en el campo, pero por la noche se convertía en la protagonista de un espectáculo. A la gente del pueblo le encantaban sus obras. Maya tenía un gran talento para sacar lo máximo del poco que tenía y con facilidad se puso en la piel de otra persona. Eran momentos que ella se sentía feliz. Le fascinaba convertirse en otra persona.

Las puertas al mundo del espectáculo se le abrieron cuando de adolescente participó en un concurso de teatro en su país. Al instante sabía impactar a la gente y consiguió un premio muy significativo. Su sueño se había cumplido. Hoy es una actriz muy conocida que ocupa las pantallas más importantes del cine Africano, pero por dentro sigue siendo la niña que cuidaba las cabras con su abuelo.

Poema

Como los libres pensamientos

que vuelan sin límites y miedos,

que bailan con la dulce melodia del viento

hasta alcanzar alturas desconocidas.

¿Tus pensamientos saben volar?