Todo vuelve a su cauce

El problema surge cuando el hijo llega a la etapa de la adolescencia.

Mientras son pequeños son tus “joyas de la casa”, pero cuando llegan a la adolescencia ellos se creen mayores de lo que son. Que tienen derecho a hacer cosas prohibidas. Es verdad que a los adolescentes les atraen las cosas prohibidas.

Ellos se piensan que porque sus propios padres, que solo se preocupan y quieren lo mejor para ellos, le prohíban hacer cosas o los castiguen es simplemente porque se aburren y quieren “joderles” la vida.

Por ejemplo, si pasan demasiado tiempo divirtiéndose y los padres le limitan el tiempo para salir y más para los estudios, para los adolescentes es “fastidiarles la vida”. Simplemente porque es lo que ellos no quieren y no ven que es lo mejor para ellos. Los padres lo único que hacen es preocuparse por el bien de sus hijos.

Hay casos que son excepciones, que es demasiado tarde para actuar porque ya no hay remedio. Hacen lo que quieren sí o sí, les da igual que el padre o la madre les diga algo. Y eso no es haberlos mal educado, sino que llega un momento que pierdes el control y que la situación te queda grande.

Los padres se sentirán culpables y no soportarán ver a sus hijos así, pero estoy segura que siempre estarán ahí.

Es bastante dura esta etapa de la adolescencia. Principalmente porque el adolescente pasa totalmente de los padres, se centra en los amigos y la diversión, no echa cuentas a los estudios…Pero hay cosas que pueden o no tener un fin. Si se conduce bien la situación después todo volverá a su cauce, sino será algo perdido.