Y yo me iré (Juan Ramón Jiménez)

Y yo me iré. Y se quedarán los pájaros
cantando;
y se quedará mi huerto, con su verde árbol,
y con su pozo blanco.

Todas la tardes, el cielo será azul y plácido;
y tocarán, como esta tarde están tocando,
las campanas del campanario.

Se morirán aquellos que me amaron;
y el pueblo se hará nuevo cada año;
y en el rincón aquel de mi huerto florido y encalado,
mi espíritu errará, nostálgico…

Y yo me iré; y estaré solo, sin hogar, sin árbol
verde, sin pozo blanco,
sin cielo azul y plácido…
Y se quedarán los pájaros cantando.
Salvador Dalí, La presencia de la memoria, Museo de Arte Moderno de Nueva York (USA) 1931
El viaje definitivo Juan Ramón Jiménez recita Paco Valladares

Poema del autor modernista Juan Ramón Jiménez (Moguer 23 diciembre de 1881, Puerto Rico 29 mayo 1958)

He escogido el cuadro de Salvador Dalí (La presencia de la memoria) porque en él se muestra o se intenta simbolizar el paso del tiempo en esos relojes que se están fundiendo. (La justificación –no tan romàntica- de por qué los relojes están así nos la dio el propio autor al comentar que se inspiró en el queso Camembert).
Igualmente podemos ver la figura de la muerte representada en ese animal blanco derretido sobre el que hay uno de estos relojes.
Lo curioso, y que no tiene relación con el poema, es que en el cuadro aparece una naturaleza que se podría calificar de muerta y en el poema el autor recrea una naturaleza viva pues aparecen pájaros, un huerto, verdes árboles, cielos azules,...

El tema de este poema es el paso del tiempo y la llegada de la muerte.Este poema trata sobre el paso del tiempo, que trae consigo la muerte del protagonista. Por ello el lamento por dejar todo aquello que le rodea: pájaros, huerto, pozo, personas,...
Hay un tópico destacable en este poema que es el del Tempus Fugit, e incluso se podría hablar del Tempus Irreparabile Fugit ya que el poeta nos menciona todo lo que quedarà después de su muerte y ello le produce una especie de nostalgia, sin embargo, esta muerte parece tener en el poema una nula trascendencia para el mundo en general y así, parece más bien una continuación de la vida (“y el pueblo se hará nuevo cada año” verso 9), pues nacen gentes que sustituyen a esta muerte.
Además, si nos adentramos más en el poema, podemos observar cómo el poeta expresa su dolor al perder el contacto con las cosas y las personas con las que he convivido y, por ello, podríamos ver una ampliación del tópico literario anterior, la del “Tempus irreparabile fugit”, tópico que Vigilio en sus Geórgices (III, 284) lo convirtió en alusivo a la fugacidad de la vida y al irreversible paso del tiempo (“Pero huye entre tanto, huye el tiempo irreparable, mientras que del amor llevado me entrego a cada pormenor”)

En la estructura externa estamos ante un poema compuesto por cuatro estrofas y, dentro de él, encontramos 3 cuartetos y 1 terceto, cuyo esquema es el siguiente:

//11, 3, 14, 7// 14, 13, 9, // 11, 11, 17, 10// 15, 7, 8, 12//
La rima es asonante en a – o menos el terceto, que es en /i-o/a-o/i-o/

Internamente, el poema se puede estructurar en tres partes:
La primera de ellas va desde el verso 1 al 7 (el primer cuarteto y el terceto). En ella, el poeta nos habla en primera persona ( “yo”) y nos cuenta o explica el transcurso normal de su propia vida ( “mi huerto”).
De los versos 8 al 11 va a la segunda parte (el segundo cuarteto) y en ella nos explica la muerte (“ se morirán”) todas las personas que amaron al poeta, aunque nacerán otros (ciclo vital), y por su espíritu irá de un lado para otro sin rumbo fijo.

La tercera y última parte va del verso 12 al 15 y en ella se sintetiza todo lo anterior, reiterando el poeta que tras la muerte lo perderá todo y que se quedará solo, mientras que la vida, indiferente, seguirá su camino, Destacan que esta última parte acaba más o menos conlos mismos términos o ideas con los que había empezado el poema: “y yo me iré” “y se quedarán los pájaros cantando”.

Son tres partes perfectamente estructuradas que incluso se podrían acoplar a las tres típicas partes de una novela:
- Planteamiento / introducción
- Nudo
- Desenlace
El poeta nos plantea/ introduce en la monotonía de su vida; nos habla de sus peores: se morirán unos y nacerán otros, y él errará y, para finalizar, un desenlace sintetizando y reiterando todo lo anterior, como una moraleja.
La estructura interna también llama la atención porque en las dos primeras estrofas nos habla de cosas suyas, que le sucederán a él cuando fallezca (se quedarán los pájaros, su huerto, su pozo blanco,…) y en la tercera estrofa generaliza un poco más (el pueblo) y, en la cuarta recoge todos los elementos que habrá tratado en las dos primeras, es como si hiciera una recopilación de datos, una conclusión.
Como recursos literarios destacan la utilización de la polisíndeton, la y inicia el poema y casi en cada verso hay 1 o 2.
Hay paralelismos (entre el verso 1 y el 12, por ejemplo).
Hay algún epíteto (verso 3: verde árbol)
Parejas de adjetivos (verso 5: azul y plácido) (verso: florido y encelado) y en el verso 6, parece que se quiere recrear el sonido de la campana.

También hay que destacar en el poema la utilización que el autor de los pronombres personales hace el autor (yo, me, mi,…) quizá parece ofrecer más intimidad y complicidad.

Por supuesto, también llama la atención la utilización que hace de los verbos: en futuro, ya que todo eso que nos explica es lo que pasará sucederá cuando el poeta fallezca, y eso es lo que teme él (Juan Ramón Jiménez era muy depresivo).
Y es bonita la imagen de duración que encontramos entre los versos 6 y 7 “tocarán… las campanas del campanario”, todo eso sucederá cuando el él no esté.
Para concluir, también podemos mencionar que estamos ante un poema triste (el tema que trata lo es) que el poeta trata con melancolía y nostalgia, con mucha intimidad. Además, el poeta, al manifestarnos esos sentimientos tan profundos nos invade a nosotros de esa misma tristeza.
Juan Ramón Jiménez toma unos pocos datos del paisaje, unas cosas y personas y, a partir de ellos, nos habla del paso del tiempo que nos lleva de cabeza a la muerte, pero una muerte que se repara enseguida con el nacimiento de otro ser; esa es la “triste” vida, unos se van y otros vienen.