La intención del autor al hablar del Monte Carmelo es situarnos en un ambiente de pobreza y marginación donde los más pequeños soñaban e imaginaban grandes aventuras que les escondían de la cruda realidad de la posguerra.
El Monte Carmelo es una colina situada al nordeste de Barcelona que domina un barrio con su mismo nombre y que mira la ciudad desde las alturas.
Este monte al paso del tiempo fue mejorando su imagen con respecto a los grises tonos que había impuesto la posguerra en sus juegos infantiles. Esto lo podemos ver en los siguientes párrafos:
“El Monte Carmelo es una colina desnuda y árida situada al noroeste de la ciudad. Manejado los invisibles hilos por expertas manos de niño, a menudo se ven cometas de brillantes [...]Hoy, en el verano de mil novecientos cincuenta y seis, las cometas del Carmelo no llevan noticias ni fotos, ni están hechas con periódicos, sino con fino papel de seda […] siguen siendo el estandarte guerrero del barrio “ paginas 35 y 36
Antes de la guerra se encontraba apartado, a las afueras de la ciudad, compuesto con pequeñas casas solitarias donde vivían pequeños comerciales de clase media que se desvanecieron con la llegada de los refugiados mayoritariamente de sangre andaluza que con la guerra convirtieron el Monte Carmelo en un paraíso perdido que se fue aproximando apoco a poco a la ciudad.
“ La colinas se levantan junto al parque Güell [...]Hace ya más de medio siglo que dejó de ser un islote solitario en las afueras. Antes de la guerra, este barrio y el Guinardó se componian de torres y casitas de planta baja: eran todavía lugar de retiro para alguno aventajados comerciantes de la clase media barcelonesa […] Pero se fueron. Quién sabe si al ver llegar a los refugiados astrosos y agitanados[...] del paraíso perdido de este Monte Carmelo.[...]la marea de la ciudad alcanzó también su falda sur […] la aridez”. Paginas 36 y 37
Su gente tenía un carácter especial y único a causa de la mezclas de cultura del propio país y de esos sueños frustrados que veía nacer desde lo alto de una ciudad que sentían tan lejana, tal vez también por la soledad de un barrio marginal.
“El barrio esta habitado por gentes de trato fácil, una ensalada picante de varias regiones del país[...] al contemplar la ciudad desde lo alto, y en consecuencia los mismos sueños […] pantalla de luz.[...] Porque no es tiempo todavía: han sido vistos ciertos hombre y ciertos perros cruzando el Carmelo como naufragos en una isla [...]charca enfangada .” paginas 38 y 39.
Nuestro protagonista Manolo creció en esas tierras pero sin desarrollar un sentimiento patriótico a ellas puesto que le daba vergüenza reconocer que pertenecía a ellas y se negaba a llevar a su amada Teresa a unas tierras que le vieron crecer y le enseñaron a sobrevivir como pudiera desarrollando en él un carácter duro.
“Pero descubrió[...]puesto que Manolo siempre se había negado a llevarla al Carmelo […] a sus amigos” Paginas 364 y 365.
El Monte Carmelo ha ido evolucionando como todo barrio a lo largo de su existencia , pero en este caso el proceso ha ido ligado a los genes andaluces, extremeños y manchegos de las familias que en su día lo ocuparon y que han sido proseguidas.
El Monte Carmelo es una colina situada al nordeste de Barcelona que domina un barrio con su mismo nombre y que mira la ciudad desde las alturas.
Este monte al paso del tiempo fue mejorando su imagen con respecto a los grises tonos que había impuesto la posguerra en sus juegos infantiles. Esto lo podemos ver en los siguientes párrafos:
“El Monte Carmelo es una colina desnuda y árida situada al noroeste de la ciudad. Manejado los invisibles hilos por expertas manos de niño, a menudo se ven cometas de brillantes [...]Hoy, en el verano de mil novecientos cincuenta y seis, las cometas del Carmelo no llevan noticias ni fotos, ni están hechas con periódicos, sino con fino papel de seda […] siguen siendo el estandarte guerrero del barrio “ paginas 35 y 36
Antes de la guerra se encontraba apartado, a las afueras de la ciudad, compuesto con pequeñas casas solitarias donde vivían pequeños comerciales de clase media que se desvanecieron con la llegada de los refugiados mayoritariamente de sangre andaluza que con la guerra convirtieron el Monte Carmelo en un paraíso perdido que se fue aproximando apoco a poco a la ciudad.
“ La colinas se levantan junto al parque Güell [...]Hace ya más de medio siglo que dejó de ser un islote solitario en las afueras. Antes de la guerra, este barrio y el Guinardó se componian de torres y casitas de planta baja: eran todavía lugar de retiro para alguno aventajados comerciantes de la clase media barcelonesa […] Pero se fueron. Quién sabe si al ver llegar a los refugiados astrosos y agitanados[...] del paraíso perdido de este Monte Carmelo.[...]la marea de la ciudad alcanzó también su falda sur […] la aridez”. Paginas 36 y 37
Su gente tenía un carácter especial y único a causa de la mezclas de cultura del propio país y de esos sueños frustrados que veía nacer desde lo alto de una ciudad que sentían tan lejana, tal vez también por la soledad de un barrio marginal.
“El barrio esta habitado por gentes de trato fácil, una ensalada picante de varias regiones del país[...] al contemplar la ciudad desde lo alto, y en consecuencia los mismos sueños […] pantalla de luz.[...] Porque no es tiempo todavía: han sido vistos ciertos hombre y ciertos perros cruzando el Carmelo como naufragos en una isla [...]charca enfangada .” paginas 38 y 39.
Nuestro protagonista Manolo creció en esas tierras pero sin desarrollar un sentimiento patriótico a ellas puesto que le daba vergüenza reconocer que pertenecía a ellas y se negaba a llevar a su amada Teresa a unas tierras que le vieron crecer y le enseñaron a sobrevivir como pudiera desarrollando en él un carácter duro.
“Pero descubrió[...]puesto que Manolo siempre se había negado a llevarla al Carmelo […] a sus amigos” Paginas 364 y 365.
El Monte Carmelo ha ido evolucionando como todo barrio a lo largo de su existencia , pero en este caso el proceso ha ido ligado a los genes andaluces, extremeños y manchegos de las familias que en su día lo ocuparon y que han sido proseguidas.
1 comentario:
Irati, muy buen comentario. ¿Sabes que Juan Marsé vivió en el Carmelo?
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