Los de 2º de bachillerato 2013

domingo, 19 de febrero de 2012

Juan de Flandes y Félix Lope de Vega


LA MUERTE DE CRISTO NUESTRO SEÑOR
La tarde se escurecía
entre la una y las dos, 
que viendo que el Sol se muere,
se vistió de luto el sol.
Tinieblas cubren los aires,
las piedras de dos en dos
se rompen unas con otras,
y el pecho del hombre no.
Los ángeles de paz lloran
con tan amargo dolor,
que los cielos y la tierra
conocen que muere Dios.
Cuando está Cristo en la cruz
diciendo al Padre, Señor,
¿por qué me bas desamparado?
¡ay Dios, qué tierna razón!,
¿qué sentiría su Madre,
cuando tal palabra oyó,
viendo que su Hijo dice
que Dios le desamparó?
No lloréis Virgen piadosa,
que aunque se va vuestro Amor,
antes que pasen tres días
volverá a verse con vos.
¿Pero cómo las entrañas,
que nueve meses vivió,
verán que corta la muerte
fruto de tal bendición?
«¡Ay Hijo!, la Virgen dice,
¿qué madre vio como yo
tantas espadas sangrientas
traspasar su corazón?

Juan de Flandes :
Su existencia sólo está documentada a partir del momento en que llegó a Castilla, en 1496, para asumir las funciones de pintor de la Corte al servicio de la reina Isabel la Católica hasta la muerte de ésta en 1504.
Probablemente seguidor de la escuela pictórica de Brujas, y por lo tanto indirectamente de Jan van Eyck, Juan de Flandes realizó durante su periodo español numerosas obras en las que aúna la perfección técnica y el dominio de la composición con una extraordinaria sensibilidad hacia la luz y el paisaje castellanos.
Durante la primera fase de su estancia en Castilla (1496–1504) realizó algunos retratos, entre ellos uno de la reina. Otro retrato, identificado con dudas como de su hija la infanta Catalina de Aragón, se exhibe en el Museo Thyssen-Bornemisza, junto con una Piedad derivada de Hugo van der Goes.
La obra magna del artista para la reina fue el llamado Políptico de Isabel la Católica (pintado en colaboración con Michel Sittow). Del políptico subsisten unas 40 tablas de pequeños tamaño, la mayoría de ellas conservadas en el Palacio Real de Madrid, donde se exhiben montadas en un pequeño retablo.
Durante el periodo posterior a la muerte de la reina (1504–1519) trabajó en grandes retablos, entre los que destacan el de la capilla de la Universidad de Salamanca y el de la Catedral Vieja de la misma ciudad, así como, en Palencia, los de la iglesia de San Lázaro y la Catedral.
Entre sus obras más logradas, destacan El bautismo de Cristo (colección privada) y la gran Crucifixión(procedente del retablo mayor de la catedral de Palencia), adquirida en 2005 por el Museo del Prado, que también posee varias tablas de la iglesia de San Lázaro. Otra de sus obras destacadas es La adoración de los Magos, en la iglesia de la localidad palentina de Cervera de Pisuerga.


Félix Lope de Vega:
Poeta, novelista y el más grande dramaturgo español, conocido como el Fénix de los ingenios. Su nombre completo era Lope Felix de Vega y Carpio. Nació en Madrid, el 25 de noviembre de 1562, en el seno de una familia artesana; su padre era bordador. Desde muy niño mostró gran disposición y facilidad para las letras. Estudió en un colegio de la Compañía de Jesús y después en las universidades de Alcalá y Salamanca. En 1583 participó como soldado en la expedición a las Azores que, al mando de don Álvaro de Bazán, sirvió para conquistar la Terceira, la última isla que faltaba por incorporar a la corona de Portugal, entonces en manos de Felipe II. A los diecisiete años se enamoró de la actriz Elena Osorio, que estaba separada de su marido y con la que vivió un tormentoso y apasionado idilio, que muchísimos años después, ya en su vejez, recreó en su novela dialogada La Dorotea(1632). Elena Osorio será la Filis de sus poemas en esa época. Al abandonarle su amada, hizo correr por Madrid unos versos ofensivos para ella y su familia, que le valieron un proceso y una pena de destierro en 1588. Decidió cumplir su destierro en Valencia y salió de Madrid en febrero de dicho año. Tres meses después, en mayo, se casó por poderes con Isabel de Urbina, mujer de familia noble y acomodada; hay fundadas sospechas de que Lope, transgrediendo la pena de destierro, no se encontraba lejos de la iglesia donde la boda se estaba celebrando. Lope ha hablado algunas veces de su participación en la Armada Invencible en 1588, pero los críticos no están muy seguros de que eso fuera verdad. Con su esposa Isabel, la Belisa de sus poemas, vivió en Valencia hasta 1590, y después, protegido por los duques, en Alba de Tormes, donde murió Isabel en 1594. Al año siguiente es perdonado y vuelve a Madrid, donde ya es famoso y admirado como autor teatral. Su nuevo amor es Micaela Luján, una mujer bella e inculta a la que ya dirigía versos desde 1593 con el nombre de Camila Lucinda. Micaela estaba casada, y mantuvo relaciones con Lope quince años, dándole cinco hijos, dos de los cuales fueron sus preferidos: Marcela y Lope Félix.

Lo que se compara del artista y de la pintura es uno de sus poemas que se titula la muerte de cristo nuestro señor. El poema trata de la muerte de Cristo y sus últimos momentos, el poeta describe la hora de la muerte de Cristo y también el dolor que siente. En la pintura vemos que todavía es de día, cómo describe el poeta y el dolor de María que está sentada al la izquierda del cuadro. Vemos también en la derecha el caballero que clavó la espada en el corazón . En cierto caso la imagen le falta ciertos puntos en el acontecimiento de la muerte de Jesús, los ángeles, los dos ladrones al lado de Jesús, los doces apóstoles... pero el pintor quiso pintar isa... el poeta, tiene mas en los diálogos que los personajes de Jesús y María , pero está bien redactado el poema. En este tiempo los poemas y pinturas de pasajes bíblicas era común en aquel tiempo y mostraba cierto estándar. Tanto la pintura como el poemas están bastante trabajados.

1 comentario:

Unknown dijo...

Young, muy bien tu comentario. Has establecido muy bien la relación entre la pintura y el poema.

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