La obra más famosa del Greco “El caballero de la mano en el pecho” ha sido desde siempre objeto de admiración y aprecio. Casi tres siglos después, Manuel Machado, decide escribir un poema en honor a tan magnífico cuadro alabando a la vez a uno de los mejores pintores de finales del renacimiento: El Greco.
Doménicos Theotocópolus, más conocido como el Greco, nace en Heraklion, Grecia en 1514 y muere en 1614 en Toledo. El Greco desarrolla su estilo y toda su carrera artística en España. Tras estar siete años en Roma, el Greco finalmente se traslada a Toledo. Diez años después, Felipe II le encomienda una obra para El Escorial pero El martirio de san Mauricio no le gusta y deja de contar con él. Sus pinturas se caracterizan por contener figuras alargadas que se asemejan a criaturas inmateriales pintadas con colores fríos de una rara intensidad y nitidez. Aunque casi todas sus pinturas son de carácter religioso, también pinta importantes retratos, entre, ellos su obra más importante, El caballero de la mano en el pecho. Otra de sus obras más admiradas es El entierro del conde de Orgaz que consigue ser al mismo tiempo un cuadro religioso y un retrato de grupo. De la enorme producción religiosa de El Greco cabe destacar El Expolio de Cristo, El bautismo de Cristo, La Adoración de los pastores y diversos Apóstoles. En sus últimos años pinta dos Paisajes de Toledo y un cuadro mitológico, Laocoonte. El Greco no ha sido únicamente uno de los mejores pintores que ha albergado España sino la primera figura de proyección universal de la pintura española.
El caballero de la mano en el pecho, también conocido como El juramento del caballero es uno de los cuadros más famosos e importantes de El Greco. Se desconoce la fecha exacta en que se pintó, entre 1577 y 1584. Aunque el retrato se asocia a Juan Silva, también se ha querido ver reflejada la figura de Miguel de Cervantes.
Un caballero con la mano en el pecho mira al espectador directamente a sus ojos. La vestidura fina y elegante esconde un medallón con cadena de oro. Una mano sostiene una espada y la postura de la otra parece un gesto de juramento. El fondo del cuadro es grisáceo y no negro como se pensaba.
Manuel Machado nació en Sevilla en 1874 y muere en Madrid en 1947. Hermano mayor del gran poeta Antonio machado representa durante toda su carrera el espíritu modernista de la poesía española. En 1883 se forma en la Institución Libre de Enseñanza. Vive largas temporadas en París empapándose de la poesía simbolista francesa. En 1910 contrae matrimonio con su prima Eulalia Cáceres y trabaja como archivero y bibliotecario. Durante la Guerra Civil colabora en el reparto de propaganda nacionalista y es elegido miembro de la RAE. Sus primeros pasos literarios los da en la revista La Caricatura colaborando con sus poemarios Tristes y alegres y Etcétera. La aparición de Alma, Caprichos y La fiesta nacional lo consagran como una de las figuras más sobresalientes de la nueva poesía. En su última fase de su trayectoria se aprecia una lírica superficial y tópica, especialmente en Horas de oro, Cadencias de cadencias y Horario. En esta fase publica también la novela El amor y la muerte y los ensayos La guerra literaria y Un año de teatro. Destacan sus obras escritas con su hermano: Juan de Mañara, La Lola se va a los puertos, La duquesa de Benjamí y El hombre que murió en la guerra.
Perplejo por la obra de El Greco: El caballero de la mano en el pecho, escribe un soneto de mismo nombre:
Este desconocido es un cristiano
de serio porte y negra vestidura,
donde brilla no más la empuñadura,
de su admirable estoque toledano.
Severa faz de palidez de lirio
surge de la golilla escarolada,
por la luz interior, iluminada,
de un macilento y religioso cirio.
Aunque sólo de Dios temores sabe,
porque el vitando hervor no le apasione
del mundano placer perecedero,
en un gesto piadoso, y noble, y grave,
la mano abierta sobre el pecho pone,
como una disciplina, el caballero.
de serio porte y negra vestidura,
donde brilla no más la empuñadura,
de su admirable estoque toledano.
Severa faz de palidez de lirio
surge de la golilla escarolada,
por la luz interior, iluminada,
de un macilento y religioso cirio.
Aunque sólo de Dios temores sabe,
porque el vitando hervor no le apasione
del mundano placer perecedero,
en un gesto piadoso, y noble, y grave,
la mano abierta sobre el pecho pone,
como una disciplina, el caballero.
No cabe duda que El Greco y Manuel Machado han sido dos de los máximos exponentes de la cultura española. Uno a través de magníficas pinturas que han perdurado durante los siglos y el otro, aún estando en un segundo plano por ser hermano de uno de los mejores poetas de España, consigue a conmover a muchos españoles mediante su poesía. En definitiva no es de extrañar que Manuel, no pudiese evitar escribir un poema en honor a tan magnifica obra, El caballero de la mano en el pecho.
http://www.los-poetas.com/j/machad1.htm#EL CABALLERO DE LA MANO EN EL PECHO
1 comentario:
Carlos, buen hallazgo del poema. La relación con la pintura es bien clara.
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