Los de 2º de bachillerato 2013

miércoles, 3 de octubre de 2012

Convéncete


La conducta de los miembros de todo grupo humano está regulada por un tupido conjunto de normas y convenciones no escritas que son asumidas y respetadas por el común de sus miembros. 
Este conjunto de normas, tiene dos características peculiares, a mi parecer, que las diferencian del resto de normas sociales: 
  1. La mayoría de los miembros del grupo no conoce la razón ni la utilidad de la norma. 
  2. Existe un castigo social en forma de crítica y aislamiento asociado al incumplimiento de la norma. 
El hecho notable de que la utilidad de las convenciones sociales no resulte evidente, ha propiciado que el pensamiento progresista haya incurrido repetidas veces en campañas de desprestigio orquestadas desde procesos revolucionarios sangrientos o, en tiempos más recientes, desde los medios de comunicación afines. 
La cuestión que me interesa es argumentar si una convención social, por el simple hecho de que su utilidad no resulte evidente, debe desestimarse o, por el contrario, es preferible dejar que evolucione por sí misma, confiando en que “cuando está ahí por algo y para algo será” y que “cuando pierda su utilidad desaparecerá por sí misma”. 
Podemos analizar este concepto en la obra Tres sombreros de copa de Miguel Mihura, donde encontramos al protagonista, Dionisio, como un funcionario cursi, tímido, sin voluntad, aferrado a los convencionalismos sociales. Sólo aspira a un matrimonio también convencional (‘’todos los señores se casan a los veintisiete años’’); el autor persiste en su personalidad débil. Nada más entrar Paula en su habitación Dionisio evoluciona vertiginosamente hasta encontrar dentro de sí mismo, no sin dejar de sentir miedo, un verdadero bohemio (‘’¡Yo nunca he sido tan feliz!’’, ‘’unas horas solamente todo me lo han cambiado’’) . Desea romper con la vida que le estaba destinada pero no tiene fuerzas para ello y cae en la desilusión de aceptar que ha sido vencido por la ignorancia de tantos años, víctima de una educación burguesa y timorata, regida por convenciones sociales y normas no escritas. 
Así, la evolución de Dionisio es circular, ya que vuelve a adoptar la misma actitud con la que comienza la obra al aceptar acudir a su boda con la hija de Don Sacramento. No consigue romper ese círculo, ni tampoco consigue liberarse internamente. 
Debido a que el convencionalismo se aplica a muy distintos campos de conocimiento, generalmente, se distorsiona la idea del comportamiento humano, reprimiéndolo y atándolo a una falsa realidad. No hay peor mal para una sociedad que el hecho de crear individuos reprimidos de sus deseos más profundos y reales, pues todos los seres humanos deberían ser libres, también, de forma interna. 
Aunque a muchos les pueda resultar, en este breve texto argumentativo, algo tan obvio como la libertad individual en pleno siglo XXI, es bien cierto que: ‘’todos hablan de libertad, pero ven a alguien libre y se espantan’’ –Hugo Finkelstein.

1 comentario:

Unknown dijo...

Has hecho una buena reflexión sobre el tema,pero echo en falta un comentario más amplio de su relación con Tres sombreros de copa.

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