Los de 2º de bachillerato 2013

viernes, 1 de octubre de 2010

Ana Pávlova




Ana Pávlova fue una famosa bailarina de ballet rusa de inicios del siglo XX. Pavlova era una niña frágil, una fragilidad aparente debida a que desde su infancia fue muy enfermiza. Había nacido prematuramente, diminuta y débil, un 31 de enero de 1882, en San Petersburgo, Rusia. Desde sus primeros años había sufrido todas las enfermedades propias de la niñez. Luego vendrían otros tiempos y ella cambiaría.Nació en San Petersburgo en el seno de una familia campesina de bajos recursos. Huérfana de padre, desde los dos años de edad, fue Pavlova una niña mimada por su madre. Esta última tenía sangre rusa y judía, y estaba preocupada por la salud de su hija, por lo que decidió enviarla con su abuela, quien se encontraba en el campo, en Ligova. La vocación de Pavlova había nacido a partir del día en que su madre la había llevado a ver el ballet de La Bella Durmiente. La niña tenía 8 años y desde entonces no tuvo más que un anhelo: ingresar a la Escuela de Danza. Ella ya era una bailarina, aunque faltaban ciertos requisitos.Cuando Ana presenta el examen de ingreso tenía apenas diez años y estaba todavía muy enclenque, pero debió haber sido mucha su disposición para el baile, ya que tanto la salud como la robustez se consideraban esenciales para su aceptación.Pavlova estaría por espacio de siete años sometida a un régimen intenso en esta Escuela, donde no solamente resistiría a todos los ejercicios a pesar de su fragilidad, sino que adquiría la salud y el vigor que tanto necesitaba y conservaría hasta el fin. Pavlova era una enamorada de la naturaleza. Amaba las aves, las flores, los insectos... En su jardín de Ivy House tenía cisnes, flamencos y pájaros. Por las noches, al regresar del teatro, se paseaba un rato por la paz y el silencio de su jardín. De ahí tomaría inspiración para interpretar papeles como el Cisne, la Libélula y la Amapola. Sus versiones estaban arrancadas de la naturaleza misma, de su identificación y armonía perfecta con cada una de estas criaturas. Ana Pavlova había representado durante 25 años la muerte del cisne. Lo había hecho sobre los escenarios más afamados del mundo.La muerte imprevista de esta bella mujer había cortado su carrera de artista antes de que empezara su declive. Se encontraba aún muy lejos de la vejez (tenía 49 años), y se le había privado, con su muerte, de una cadena más larga de triunfos, evitándole así la tristeza del ocaso. Una bailarina que, como cisne, moría en todo su esplendor. La noche del 23 de enero, Ana se sumió en la inconsciencia; pero, al filo de la media noche, abrió los ojos, llamó a su camarera, quien se le acercó de inmediato inclinándose sobre ella. Entonces Pavlova le dijo: «Prepara mi vestido de cisne». Fueron estas sus últimas palabras. Media hora después, Ana Pavlova había muerto.

* Mi opinión es que Ana pese a todas las dificultades que ha tenido en su infancia ha sido capaz de salir adelante y convertirse en lo que por ahora es recordada, una mujer triunfadora. Ha demostrado su capacidad y lo que es, la danza es el lenguaje del alma.

1 comentario:

Unknown dijo...

Alejandra, has encontrado muy buena información.

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