El pirineo aragonés

Este verano fui de vacaciones a las montañas de Aragón con unos amigos. Fue muy cansado, pero mereció mucho el esfuerzo ya que las vistas eran preciosas. Allí arriba podías desconectar echándote una buena siesta en sus praderas, era un paisaje digno de ver, con sus riachuelos y las montañas que se veían inmensas, aunque estábamos en verano habían un montón de glaciares que parecían impracticables, en los que nos parábamos a lanzarnos bolas de nieve i a lanzarnos por ellos.

El primer día partimos empezamos a subir desde Baños de Panticosa, hasta que llegamos a un lago inmenso donde nos paramos a descansar, pero… ¡aún nos faltaba rodear todo el lago para poder montar el campamento! Nos pusimos a andar otra vez, y cuando por fín rodeamos todo el lago nos pusimos a comer, después de comer una buena siestecita, y montamos el campamento.

El segundo día nos levantamos a las 6:00 AM, recogimos las tiendas desayunamos bien, y en marcha. Empezamos a andar hacia bramatuero bajo, y nos paramos en un glaciar a jugar, después subimos hasta Bramatuero alto, lo rodeamos y llegamos hasta el collado del letrero comimos, descansamos y empezamos a bajar para irnos hacia nuestras casas, pero teníamos que travesar un glaciar que daba verdadero miedo y un compañero pasó el primero ya que era más experto, pero en cuanto pasó el segundo, resbaló y empezó a descender girando y gritando hasta parar en unas rocas que habían allí, milagrosamente no le pasó nada, pero nosotros tuvimos que bajar por unas rocas, por suerte el resto del camino de vuelta fue fantástico.

Para mí fue una experiencia realmente apasionante, ya estoy pensando cuándo podré volver.