Este verano he ido de vacaciones con mi familia a París, la "ciudad luz", capital de Francia. Me atraía mucho la típica ciudad de película, su luz de noche y la cantidad de sitios a los que poder ir.
La primera noche fuimos a ver el Arco del Triunfo, me impactó, porque está situado en un lugar muy importante de París, justo donde convergen doce avenidas.
A la mañana siguiente fuimos al Museo de las Cloacas, un lugar muy peculiar, por el nombre parece una estupidez o una guarrada pero, de verdad, vale la pena visitarlo, es ver París desde otra perspectiva totalmente distinta.
Esa noche y, para acabar, nos dejamos lo mejor para el final, visitamos nada más y nada menos que la famosa Torre Eiffel, esa fue la gran noche del viaje, había visto muchas imágenes y vídeos de ella, pero nada que ver con estar allí y sentir la brisa que recorre tu cuerpo de arriba a abajo en el pico de la torre. Poder ver toda París iluminada desde arriba es indescriptible, brutal.
Estas han sido tres de las muchas visitas y sitios a los que he tenido la gran suerte de ir, me lo pasé de lujo y disfruté como nunca lo hice.
Fueron tres días de "relax", desconexión total de mi mundo laboral, impresionante...
1 comentario:
¡Muy buena redacción!
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