En el libro Tres
sombreros de copa se expone de forma clara una comedia, pero no una comedia
convencional, sino una nueva comedia. Esta nueva implica unas renovaciones tanto en el fondo
como en la forma por parte del autor, para hacer algo nuevo, nunca visto.
Miguel Mihura estuvo en un sitio que le venía perfecto: un
periodo de entreguerras y posguerra donde triunfaban las vanguardias y donde el
norte brillaba por su ausencia. En estas vanguardias con las que coexistió Mihura se
desarrollaban algunos movimientos o corrientes de pensamiento como el
existencialismo, el absurdo, el simbolismo, el parnasianismo…
Teniendo en cuenta que este tipo de escritura funciona muy
bien con Mihura, nos encontraremos elementos de estas vanguardias reflejados en
el texto, como si de un sello propio se tratara. Estos elementos tan claros son
los símbolos. En este apartado Mihura junta el movimiento simbolista de
principios del siglo XX con el movimiento absurdo de mediados de siglo XX en el
que nada es lo que parece y la mayoría de cosas no tienen sentido.
Así , en la obra van surgiendo en el siguiente orden
estos símbolos: las tres luces, la bota debajo de la cama, el teléfono, los
sombreros, los conejos y la carraca.
Todos tienen la misma importancia argumental, ya que salen en
momentos puntuales de la comedia, hacen su acto de presencia y posteriormente
quedan en un segundo plano. También todos tienen el mismo significado,
exceptuando las tres luces y los sombreros. Así pues, la bota debajo de la
cama, el teléfono, los conejos y la carraca son del grupo de los símbolos a los que
el autor da un valor de absurdo. Si bien se acoge al simbolismo, estos símbolos
no concuerdan, no coordinan, no encajan, para nada en la trama de la obra. Es fácil
observar cómo una bota debajo de una cama (o también usada como cajetilla de
cerillas) o, por ejemplo, una infantil carraca solamente representan una obra que
se aprovecha de estas bromas.
Desmarcados de este grupo general y absurdo, se despuntan las
tres luces, los sombreros e incluso la misma carraca. Si bien podemos entender
que las tres luces son las tres personas que marcan la obra desde el punto de
vista de Dionisio (su suegro -blanco, burgués-, Margarita -blanca, burguesa- y
Paula -roja, bohemia) no es difícil pensar que este punto rojo es el que
concierta mejor con él.
Los sombreros tienen una procedencia distinta (del suegro, de Paula, de su amada,…) y el símbolo llega finalmente cuando él elige como sombrero de copa el de Paula y no otro, aunque el mismo reconozca que “es un poco feo”.
Para finalizar también podemos adentrarnos en la carraca y extraer unas conclusiones que es bastante probable que el autor las considerara aunque no podemos estar seguros. La carraca es un elemento festivo, infantil, divertido, musical,… que pasa de Paula a Dionisio, enseñándole ésta su secreto de funcionamiento. Posteriormente Dionisio debe hacer lo mismo que hizo Paula con él con su suegro como paciente, aunque éste segundo rompe la cadena y decide dar realmente esta carraca a un niño, traspasando aquello infantil a un infante como haría un burgués y no un bohemio.
Los sombreros tienen una procedencia distinta (del suegro, de Paula, de su amada,…) y el símbolo llega finalmente cuando él elige como sombrero de copa el de Paula y no otro, aunque el mismo reconozca que “es un poco feo”.
Para finalizar también podemos adentrarnos en la carraca y extraer unas conclusiones que es bastante probable que el autor las considerara aunque no podemos estar seguros. La carraca es un elemento festivo, infantil, divertido, musical,… que pasa de Paula a Dionisio, enseñándole ésta su secreto de funcionamiento. Posteriormente Dionisio debe hacer lo mismo que hizo Paula con él con su suegro como paciente, aunque éste segundo rompe la cadena y decide dar realmente esta carraca a un niño, traspasando aquello infantil a un infante como haría un burgués y no un bohemio.
En definitiva, la interpretación más clara de los símbolos
de la obra (puede haber muchas) es la de que estos símbolos son fruto del
absurdo y surrealismo y el combustible es que ese movimiento que tanto triunfa
en Europa con gente como Kafka, Camus, Ionesco, Beckett,… tenga un acento español
y cómico, ya que los tiempos que corrían no eran para irse lamentando.
1 comentario:
¡Muy buena interpretación de los símbolos! ¡Bien elegida la foto!
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