Absurdo en la claridad, excéntrico en la noche, como almas perdidas entre manicomios, una demencia abrumadora yace en las calles representando la anarquía plasmada en la ciudad. Observamos disparates misteriosos tras el cristal, boca arriba, boca abajo, derribados como fichas de ajedrez, tendidos en el suelo se revuelcan en paranoias. Colores gélidos llamativos contrarrestan el desasosiego. Una torre de hielo niega el desorden, pues su magnificiencia impacta en la vista su inmensa elevación, como si al cielo fuese dejando atrás la evidencia perturbada de esta gran ciudad.
1 comentario:
¡La descripción es correcta, pero no hace falta utilizar un lenguaje tan complicado!
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