El folclore de un país es algo
que todos asimilamos a lo largo del tiempo. Las raíces de los seres humanos
definen fuertemente nuestra manera de ser, algo que podemos observar en la
mezcla ideológica de tan solo una ciudad. Asimismo, se considera apropiado el
intentar adaptar nuestras costumbres a las del lugar que habitamos, pero hay
personas con enlaces demasiado grandes como para ni siquiera planteárselo.
Entonces, ¿cuál es la mejor opción para encajar en un lugar determinado?,
desgraciadamente, nunca podemos hallar soluciones universales, sino que estas
tienden a ser de carácter individualizado. Desde mi punto de vista, nunca
debemos exagerar ningún rasgo, por positivo que sea, la abundancia nunca es
buena. Por una parte, hay que intentar entender las tradiciones de una tierra e
incluso, si nos sentimos identificados, considerarlas como propias. Pero, por
otro lado, hay que entender que no se puede olvidar algo que ya nos ha sido
inculcado y que, durante mucho tiempo, ha constituido nuestra realidad. De este
modo, debemos llegar a pensar que lo más importante no es el nivel de enraizamiento en la tradición de una tierra, sino el sentimiento de integración,
de relación con las personas ajenas y el intento de desarrollarse en dicho
lugar.
En conclusión, las personas somos
consideradas “animales sociales”, lo cual nos beneficia fuertemente la relación
con los demás. Así pues, debemos convertirnos en una especie de esponja,
absorber todo aquello nuevo, mas sin dejar escapar viejos conocimientos.
2 comentarios:
Pero, ¿no traerías alguna cosa de otra ciudad a tu tierra?
Como dije en su día en una redacción de la RAE que tú mandaste, no soy partidario de la exagerada globalización.
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