Como introducción para desarrollar este tema, es un gran dilema pero a la vez algo tan grande el hecho que mi corazón, por así llamarlo, se divida por dos tierras tan inmensamente especiales, que me es casi imposible decantarme por una u otra. Para mi la tierra de cada uno no es solo donde vive o crece, sino de donde se siente, de la cual tiene unos recuerdos especiales y ha vivido ciertas cosas que jamás en cualquier otro lugar las podrá volver a vivir, las sensaciones que ello nos produce en el momento en que pensamos en ella o el orgullo de mencionarla cuando alguien te pregunta “¿De dónde eres?”. Esta pregunta, sin duda, es la que indirectamente también nos muestra a nosotros de dónde nos sentimos y de qué es lo que nos une especialmente a ese sitio.
Es por esto que, en mi caso, mi tierra
se divide entre Holanda y España. Por mucho que yo sea española de nacimiento,
que me hayan criado en este país y que los hechos más relevantes de mi vida
hayan sucedido aquí, allí es la segunda zona de la tierra donde más cariño he
recibido, más instrucciones y consejos, donde más he reído o he llorado después
del lugar donde vivo, donde más me han visto sonreír y sobre todo, del segundo
sitio de donde más me siento, seguramente más mi corazón que mi pensamiento. Además,
es algo muy especial que en un momento de tu vida decidas que quieres seguirla
en el sitio donde solías pasar las vacaciones, en aquel sitio que el clima tiene más desventajas que el actual, donde el día se reparte
diferente y las horas, seguramente, se me van a hacer mucho más largas que
hasta ahora, pero es inevitable sentir el impulso cuando es de un futuro de lo
que hablas, de un futuro lejos de donde has crecido, pero que queriendo o sin
querer, sigue siendo tu tierra.
Como conclusión no puedo añadir nada
más preciso y concreto que mi frase inicial: es un gran dilema pero a la vez
algo tan grande el hecho que mi corazón, por así llamarlo, se divida por dos
tierras tan inmensamente especiales, que me es casi imposible decantarme por una
u otra, por ello no le doy un sentido concreto a “mi tierra”, sino que cada una
de las personas que lea mi texto, sea libre de ponerle el nombre que más
adecuado crea.
1 comentario:
Carlota, una arquitecta de sueños tiene mucho que hacer en esa dualidad que explicas.
Publicar un comentario