Miguel Mihura, en la obra “Tres
sombreros de copa” pretende, aunque en mi opinión sin muy buen resultado,
explicar una historia con tono humorístico, bajo la sombra de la ironía y el
sentido del humor. Pero bajo esta sombra se esconde una crítica a la sociedad y
a sus actos. Este método no es mas que una salida a las dictaduras que
aplastaban la libertad de expresión en esa época.
Dionisio, el protagonista masculino de la obra, no es más que un victima de
esta sociedad que le impone unas normas absurdas que limitan su libertad, tanto
de expresión como de acción. Al principio del primer acto, y con los primeros
diálogos, muestra una actitud débil, sin criterio propio. También, con su
mentira de que era artista, nos muestra su deseo de pertenecer a otro mundo,
posiblemente al de Paula. Aunque en todo el libro hay ejemplos de esta fuerza
de la sociedad hacia él, me ha sorprendido mucho el principio del tercer acto
cuando llega el futuro suegro de Dionisio. Se puede relacionar directamente a
Don Sacramento con la sociedad. Solamente llegar le impone unas reglas que,
supone él, vienen adjuntas con la ceremonia de su casamiento. No sólo eso, sino
que todos los demás comportamientos diferentes a los que él manda, son de
bohemios, clasificados de gente indecente.
Un detalle que me sorprendió mucho fue la foto de comunión. El suegro le
dice que debe poner una foto de un niño en su primera comunión, de quién sea.
Con esto vemos que, no sólo son costumbres familiares o de un hombre, sino que
la sociedad las ha impuesto así y, si todos tienen una foto de un niño de
comunión, tú, para ser persona, también debes tenerla.
Desde que en el primer acto Dionisio conoce a Paula empieza un atisbo de
rotura con su mundo. Como si, aunque fuera a la fuerza, quisiera deshacer esos
anclajes que le imponía la sociedad. Pero, ¿es sólo él el que se salva de esta
vida mediocre o, por lo contrario, esta relación ayuda a los dos, Dionisio y
Paula, a salvarse?
Paula, por otra parte, es una joven de corta edad, con un carácter
simpático, seguro y alegre. Se la ve muy abierta a nuevas relaciones sociales
con cualquiera que le escuche, como Dionisio. En el segundo acto se ve
claramente, por primera vez, la influencia también de la sociedad en Paula.
Buby, su supuesto novio, mantiene una conversación con ella en la que saca a la
luz el lado oscuro del mundo musical. Un mundo que, por cierto, la mayoría
tiene idealizado. En ese diálogo hablan de la falta de dinero y lo que ello
conlleva; el fingido amor de Paula hacia el Odioso Señor. Buby hace referencia
a la falta de vestuario bonito que van a tener sus chicas cuando se les termine
el dinero. Y ese vestuario es el pilar del mundo del espectáculo. Puedes ser
mejor o peor bailando, pero la sociedad se fijará en tu vestuario y la imagen
que des de ti. El señor Odioso cobra el papel de ésta sociedad, con
materialismo, doble moral y prepotencia.
Finalmente, cuando parece que, tanto Dionisio como Paula, tienen la
oportunidad de salir de esa convención social y esas normas, Mihura retrocede y
vuelve al principio, la misma situación; Dionisio se va a casar. Realmente
quería romper con su vida, pero su cobardía hace que se deje llevar y acepta su
derrota, no sin antes mirar atrás para ver todo lo que nunca pudo ser.
En conclusión, el encuentro de los dos protagonistas hizo que cada uno de
ellos anhelara la vida del otro, ya que era la que su “sociedad” trataba de
rara, inusual e indecente. Ambos mundos están movidos por intereses ocultos que
les obligan a pertenecer a ellos, y ambos personajes nunca podrán salir de ese
mundo suyo a causa de su educación burguesa.
1 comentario:
¡MUY BUEN COMENTARIO! Así me gusta.
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