La sociedad está marcada por unos
estereotipos que hacen que, consciente o inconscientemente, encaminemos
nuestras vidas o actuemos de una forma u otra. Ya sea por la economía de cada
familia o persona, las creencias, la tribu urbana, la manera de vestir, las
aficiones…, nos sentimos más identificados con un tipo de gente, que es con el
cual nos acabamos relacionando a lo largo de nuestras vidas. No obstante, esto nos
convierte en una sociedad completamente superficial y, hasta cierto punto,
materialista por mucho que intentemos negarlo.
Esto es exactamente lo que le pasa a
la pareja protagonista de la obra de Miguel Mihura (Tres sombreros de copa):
Dionisio es un chico de veintisiete años,
no muy bien posicionado económicamente aunque con ideas muy conservadoras (poco
característico en personas de su clase social), con ganas de construir su
futuro al lado de una mujer burguesa (Margarita, que es con la que se va a
casar), con la cual, al menos en un principio, comparte las ideas de matrimonio
y de estilo de vida, como he mencionado anteriormente. No se identifica en
absoluto con el mundo bohemio, muy contradictorio en su caso, ya que es por el
que se mueve ya sea inconscientemente o por sus limitaciones. Todas estas ideas
contradictorias salen a la luz en el momento que conoce a Paula, una bailarina que
casualmente se hospeda en el mismo hotel que él y que va a actuar en el Music
Hall de la ciudad.
Yo no la describiría a ella como un
personaje contrario al de Dionisio, es más, creo que tienen más puntos en común
que diferentes. Por así decirlo, Paula es de forma natural lo que Dionisio no
reconoce (o no quiere reconocer) ser. Ella es bohemia, vive el día a día, hoy
está aquí y mañana está allá, no está a favor del matrimonio, es una persona
muy liberal, no le importa quien seas ni de dónde vengas, no juzga lo que ve,
sino lo que conoce.
Ellos dos se conocen la noche antes de
la boda de Dionisio, y la atracción es tan grande que se acaban enamorando el
uno del otro, tanto que Dionisio deja de querer casarse con Margarita para irse
con Paula a vivir su vida y ser realmente lo que quiere ser: feliz. El amor y
admiración de Dionisio hacia Paula surge después de un principio un tanto
alborotado, sin duda un acontecimiento casual a causa de una discusión de ella
con su novio. Ellos hablan durante la noche y se van conociendo, y ella con sus
ideas y su punto de vista de las cosas, hace reflexionar a Dionisio sobre lo
que realmente quiere en su vida. Él se da cuenta de que tiene muchos más puntos
en común con ella que con Margarita, y que su felicidad sin duda sería a su
lado. Finalmente, como he comentado en la introducción, Dionisio se deja ganar
por las etiquetas de la sociedad, por la vida fácil pero no la mejor, por su
nombre y no por su felicidad y decide quedarse con la vida burguesa aburrida de
su futura esposa.
Con esto el autor lo que hace es una
enorme crítica ya no solo a la sociedad, sino a nuestras propias mentes, ya que
se da a entender que nosotros escogemos los caminos fáciles, la forma de vida
que esté mejor vista y no la que nosotros verdaderamente queremos, la compañía
con la que más queremos identificarnos y con la que, a veces, menos lo hacemos…
Pero esto no es de estos tiempos, estos estereotipos y etiquetas vienen
marcados por la evolución de la humanidad, cosa que aún nos hace plantearnos
más si lo único que importa es llegar a
la meta, o hacerlo mientras disfrutas del camino.
1 comentario:
¡Carlota, has escrito un buen comentario! ¡Así me gusta!
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