Las convicciones, en una línea
general, se encuentran directamente conectadas con los principios y valores.
Cada uno, tiene los suyos en función de su formación, experiencia y cuna.
Constituyen la estructura de la personalidad y determinan la dirección de la
vida. Ellas, deben ser lógicas y adaptadas a la realidad; de lo contrario se
convierten en fanatismo e intolerancia.
Nuestras convicciones, sólo
pueden ser comprendidas por quienes funcionan en la misma onda. Cada persona
tiene un esquema mental que se le ha impuesto, o no de pequeño, tanto por la
religión, la convivencia en casa, o simplemente por la política que en aquel
momento estaba establecida. Podemos hablar de cosas intrascendentes con todo
el mundo, pero, cuando se trata de temas que inciden con las creencias y las
convicciones políticas, religiosas o sociales, es necesario ser prudentes,
pues, las personas son muy sensibles a todo lo que se opone a sus creencias y
convicciones, por lo que puede resultar ser incluso decisivo a la hora de adquirir
madurez.
Esto mismo le ocurre a Dionisio,
nuestro principal personaje; un joven funcionario tímido, que sin voluntad, se
aferra a las ideas tradicionales que él considera dignas de aportar a su vida
cotidiana.
La sociedad que nos rodea es
experta en matizar el pensamiento de las personas, hasta tal punto de hacernos
cambiar para poder pertenecer a un grupo social sofisticado, esto mismo, le
ocurre a nuestro protagonista. Él, aparece como cada año, en el hotel, con su
comportamiento maduro y descansado, está preparado para dar uno de los
pasos más importantes de su vida, como es, el matrimonio.
Todo funciona igual, hasta que
conoce una sofisticada bailarina, Paula, de carácter sencillo, liberal y con un
físico anonadador. Tras secuencias de conocerse mutuamente, estos, sienten el
deseo de cambiar totalmente sus vidas. En el caso de Dionisio, que estaba
preparado para el compromiso, decide, después de observar que le quedaba mucha
vida por vivir y muchos momentos divertidos que pasar junto a Paula, que no
debería casarse, ya que eso es lo que tienen inculcado en la cabeza por sus
principios, pero que en realidad, le gusta mucho reírse, divertirse y sentirse
vivo e ingenuo, como la jovencita bailarina.
Por lo tanto, como conclusión, a toda esta historia irónica con elevados rasgos humorísticos, es que la sociedad y el dogma de lo ideal, predomina en nuestras vidas, es decir, Dionisio, tiene un afán y un deseo vándalo de escapar de los tópicos y evadirse totalmente de ellos para poder disfrutar de unos ideales innovadores que le hacen feliz. Curiosamente, como hemos dicho antes, esto no ocurre, y es subyugado ante la sociedad opresiva, dando la mano a nuestra querida realidad, dominando a su vez, las convicciones sociales.
Por lo tanto, como conclusión, a toda esta historia irónica con elevados rasgos humorísticos, es que la sociedad y el dogma de lo ideal, predomina en nuestras vidas, es decir, Dionisio, tiene un afán y un deseo vándalo de escapar de los tópicos y evadirse totalmente de ellos para poder disfrutar de unos ideales innovadores que le hacen feliz. Curiosamente, como hemos dicho antes, esto no ocurre, y es subyugado ante la sociedad opresiva, dando la mano a nuestra querida realidad, dominando a su vez, las convicciones sociales.
2 comentarios:
¡Caroline, bienvenida al blog!
¡Has hecho un buen comentario!
Gracias :)
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