Interesante
interpretación que hace Marc Chagall de París. La Torre Eiffel es una enorme
estalagmita de hielo, sin color y sin vida. Al fondo se divisan dos personas
chocando cabeza con cabeza para huir cada uno en la dirección contraria. El sol
empieza a abrazar la ciudad dando una pizca de color al ambiente. Un tren boca
abajo huye de esta muestra de afecto del astro rey, mientras un gato humanamente
animal sueña con caer de espaldas, que lleva ya seis suicidios y se ha cansado
de llorarle a la luna. Dentro de la ventana, junto a unas flores luchando para
persistir en el tiempo, una margarita anhela ser deshojada por un niño descubriendo
su “sí me quiere” en cada pétalo impar. Un hombre enamorado está listo para
entregarle a alguien su corazón con la mano, no sin antes oír las replicas de
su conciencia, que ya predice la muerte de ese pequeño órgano indefenso. Pero
que más da, París es la ciudad del amor.
1 comentario:
¡Muy buena descripción!
Publicar un comentario