Los de 2º de bachillerato 2013

miércoles, 14 de marzo de 2012

Mi biografía lingüística



Mi biografía lingüística es muy peculiar e interesante, llena de características especiales que la hacen única, como todas las que hay en el mundo entero. Estas características tienen muchos factores pero sobretodo las basamos en los siguientes moduladores:

Tengo 16 años, eso quiere decir que tengo la  mayoría de rasgos de un adolescente español. Mi lenguaje es coloquial enfocado hacia el culto ya que no conozco otra forma de comunicación. No suelo cambiar de registro nunca (incluso con amigos uso un estándar bastante formal) y considero que tengo bastante léxico de este estilo en castellano, supongo que debido al interés por el castellano. Mi sexo es masculino. No tengo ninguna profesión aunque estoy estudiando un bachillerato, más concretamente el humanístico. Los estilos de la lengua son muy típicos y no varían con el estándar tampoco, una formalidad muy correcta. 

 Con máxima fluidez hablo el catalán y el castellano. Este conocimiento máximo de ambas lenguas se debe a la paternidad y a la maternidad de su uso respectivamente, ya que desde siempre hablo con mi padre catalán y con mi madre castellano. Conozco superficialmente el inglés y el griego (que no me comporta ningún cambio lingüístico notorio) como asimismo el latín (que hace que emplee regularmente locuciones latinas o latinismos o que a veces tenga lapsus y pronuncie los grupos ce-ci /k/ y no /z/).
El catalán de mi padre es “tarragoní”, que se acerca al estándar catalán pero en parte occidental. Este catalán afecta al castellano en un acento que aquí en Cataluña puede pasar como corriente, pero que fuera, puede resultar llamativo. Un error adoptado del catalán que tengo (y muchos catalanoparlantes) es el uso de los artículos EL/LA en nombres propios diciendo: La María en vez de María a secas.
El castellano de mi madre es una mezcla entre el castellano estándar (debido a su conocimiento académico) y el castellano andaluz característico de Jaén (no muy profundo pero con un ceceo bastante pronunciado, que normalmente sale cuando dialogas con otro andaluz y con un léxico típico de allí), como, por ejemplo: artillo, cuarto shico, mihilla…

La situación geográfica mía está ubicada en el Camp de Tarragona, la misma que la de mi padre, mientras que la de mi madre se centra en Linares, Jaén; en el  Camp de Tarragona se fusiona el catalán occidental con el oriental. En definitiva, el castellano es mi meta y no debo descuidarlo y debo procurar su uso correcto y bello.

1 comentario:

Unknown dijo...

¡Bien ejemplificado el artículo!

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